LA CORRUPCION Y LA DEMAGOGIA

En nuestro país los casos de corrupción y abuso de autoridad -como el caso de la venta ilegal del Aeródromo de Collique- se ha vuelto común en el gobierno frente a la pasividad -o talvez la complicidad- de las instituciones llamadas combatirla como la ONA -Oficina Nacional Anticorrupción- que nadie sabe a ciencia cierta para que sirve, procuradores vinculados al partido gobiernista que en su propuesta anticorrupción el Premier Yehude Simons intentó cambiar pero no pudo.., o una Contraloría sin cabeza donde una candidata falsificó su título y firmaba como ingeniera en el Ministerio de la Producción -cuando esta cartera lo dirigía Rafael Rey-, las graves irregularidades en los programas vinculados a la reconstrucción del Sur (Forsur, SIS), y un largo etcétera que seria necesario muchas líneas para describirlos.


Nos hemos enterado de los “compromisos” del entonces candidato Alan García en su lucha contra la corrupción. Entre otros puntos de una propaganda del Partido Aprista durante las pasadas elecciones presidenciales titulado Compromiso de Lucha contra la Corrupción, un texto dice literalmente “La Contraloría y las Procuradurías anticorrupción serán lideradas por profesionales propuestos por la oposición” idéntico mensaje también esta –según el conocido periodista y columnista Augusto Alvarez Rodrich- en el Plan de Gobierno 2006-2011 del propio Partido Aprista y dice “Proponer que el Contralor General de la República sea nombrado por el Congreso Nacional a propuesta de una terna presentada por los grupos políticos de oposición..”. Tras el fiasco de la comisión gubernamental que propuso una candidata bamba que falsificó su título de ingeniera, y si deberíamos cumplir con el compromiso presidencial descrito en su propaganda electoral y en su plan de gobierno, el actual régimen debería aceptar inmediatamente el candidato propuesto en consenso por la oposición. Pero no, la demagogia y el cinismo no tiene límites cuando de ignorar sus graves errores se trata. Ahora resulta que el Gobierno dice que no importa quien sea el Contralor –por supuesto la contraloría esta más acéfala que nunca por culpa del propio gobierno- y se propone una “transformación sustantiva” para darle -dizque- velocidad al ente fiscalizador para que este “a tono con la época”… Ojalá que esto no quiera decir que la Contraloría estará a tono con los “faenones” que están de moda.
Dejando la demagogia y el cinismo reinante en el país, lo cierto es que no existe “lucha anticorrupción” sino que la corrupción campea en las altas esferas del Gobierno Central donde mucho de sus funcionarios –por que no decirlo- tienen vinculación al partido de gobierno sin dejar de mencionar que la lacra de la corrupción también afecta a algunos gobiernos regionales y locales del país.
¿Y ahora quién podrá salvarnos?, ¿Acaso el Chapulín Colorado?.... Mientras tanto la ciudadanía espera que el periodismo libre siga informando y también cumpla con su rol de vigilar y supervisar la función pública tan venida a menos.

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INTERCEPTACIONES, PRECISIONES Y EL CASO BLAGOJEVICH

Ultimamente esta de moda hablar interceptaciones telefónicas -mas conocido como "chuponeo"- y se ha abierto un interesante debate acerca de su legalidad, constitucionalidad, campo en que no voy a emitir opinion juridica porque no soy abogado. No obstante vale la pena hacer unas precisiones: Se dice que un Juez Federal de Michigan ha ordenado detener el Programa de Interceptaciónes Telefónicas en EE.UU. creado durante la anterior administración de George W. Bush dentro de su controvertida política de "lucha contra el terrorismo" tras los ataques a las Torres Gemelas del 11 de Setiembre del 2001. En efecto, según datos adicionales, el fallo del Juez de Michigan data de Agosto del 2006, es decir hace mas de 2 años, y es especificamente contra una medida gubernamental que permite -o permitía- interceptar llamadas telefónicas internacionales SIN NECESIDAD DE ORDEN JUDICIAL.

Sin embargo, en EE.UU. las interceptaciones de las comunicaciones es legal CUANDO ES AUTORIZADO POR UN JUEZ, es decir cuando existe una orden judical que lo autorice y prueba de esto es el reciente caso de Rod Blagojevich, Gobernador del Estado de Illinois que fue destituido por prevaricato y corrupcion luego que se le descubriera que intentaba "vender" -por US$ 300 mil dólares- el escaño vacante dejado por Barack Obama en el Senado norteamericano .Como se recuerda Barack Obama fue Senador por Illinois y tras ganar las últimas elecciones presidenciales de su país dejó su escaño de senador vacante, por lo que Rod Blagojevich mientras estuvo como Gobernador con la facultad de elegir al nuevo representante por Illinois y abusando de su poder puso el escaño de senaduria en "subasta al mejor postor" a cambio de dinero como lo denunció el fiscal federal Patrick Fitzgerald, gracias a las grabaciones de las interceptaciones telefónicas que el FBI -policia federal norteamericana- realizó y que fueron autorizados por un juez. Asi mismo se descubrió que el destituido gobernador -abusando de su cargo- trató de presionar al periódico norteamericano Chicago Tribune para que este despidiera a los miembros del consejo editorial que eran críticos a él. Por el escándalo de corrupcion, Blagojevich fue detenido en Diciembre del año pasado y a fines de Enero último fue destituido por las autoridades del Estado de Illinois. En nuestro país los casos de corrupcion y abuso de autoridad -como el caso de la venta ilegal del Aerodromo de Collique- campean en el gobierno frente a la pasividad -o talvez la complicidad- de las instituciones llamadas combatirla como la ONA -Oficina Nacional Anticorrupcion- que nadie sabe a ciencia cierta para que sirve, procuradores vinculados al partido gobernista que en su propuesta anticorrupcion el Premir Yehude Simons intentó cambiar pero no pudo.., o una Contraloría acéfala donde una candidata falsificó su título y firmaba como ingeniera en el Ministerio de la Produccion cuando dirigia esta cartera Rafael Rey, mientras tanto la ciudadania espera que el periodismo libre siga informando y tambien cumpla con su rol de vigilar y supervisar la función pública tan venida a menos.

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