martes, agosto 21, 2007

DESASTRES NATURALES Y VULNERABILIDAD II PARTE

El terremoto de Yungay de 1970 de 7.8 grados fue ligeramente menor en magnitud de escala de Ritcher que el reciente sismo de Pisco de 8 grados pero que sin embargo el fenómeno telúrico de 1970 cobró mucho mas víctimas: 70 mil víctimas contra los casi 600 muertos del reciente sismo. Antes quiero dejar constancia que los dos terremotos (de Yungay y Pisco) han sido catastróficos por igual y han enlutado a muchas familias del país con quienes nos solidarizamos, pero es bueno darse cuenta que el terremoto de 1970 se llevó mas muertos porque en Yungay el movimiento telúrico hizo que el Nevado Huscarán –ubicado cerca de dicho pueblo- desprendiera una aluvión –expertos calculan en 100 millones de m3- de hielo y lodo dejando sepultado prácticamente al pueblo de Yungay.


Desastres naturales –predecibles o no, alertados o no- siempre van a ocurrir, pero lo que puede hacer la diferencia entre la prevención/precaución y la negligencia y/o tragedia es: ¿Cuán vulnerables estamos ante una catástrofe cualquiera que esta sea? Por esa razón es bueno identificar claramente las vulnerabilidades que estamos expuestos según nuestra geografía y naturaleza y estudiar mas seriamente las principales amenazas naturales existentes o potenciales que pueden afectarnos y en concordancia con esto estar mejor preparados como sociedad y región según los medios y recursos humanos y logísticos que disponemos.
Por ejemplo leí en un diario capitalino que un estudio en el país ha identificado zonas de potencial peligro ante una catástrofe natural como por ejemplo para mencionar un caso: La Punta –Callao por tsunami –siempre hablando en términos potenciales- donde felizmente no ocurrió a causa del terremoto de pisco cuyo epicentro fue en el mar frente a las costas. Me enteré recientemente por este mismo medio que el Departamento de San Martín tiene 4 fallas geológicas superficiales: Angaiza en Moyobamba, Pucatambo en Rioja, Piscoyacu en Saposoa y Nuevo Progreso en Tocache, que merecen ser estudiadas sin alarmismo pero con seriedad y profesionalismo de la misma forma que merecen ser monitoreados y estudiados nuestra geografía y naturaleza en su conjunto y estar mas preparados y prevenidos según sea el caso.

Tenemos que estar preparados no sólo en la prevención ante ciertos fenómenos -sean predecibles o no- sino que también en el manejo de potenciales crisis y/o emergencia en caso que dichos fenómenos en si ocurrieran. Como por ejemplo preguntándonos: ¿Contamos siquiera con suficiente capacidad hospitalaria y personal médico a propósito de la mudanza de Essalud en Tarapoto? ¿Tenemos medicinas para una emergencia a escala? ¿Tenemos la logística y medios para transportar la ayuda necesaria a zonas afectadas en forma rápida y oportuna?¿Qué hacemos en caso de emergencia si es que las vitales comunicaciones telefónicas y celulares colapsaran como ocurrió en Lima donde las comunicaciones simplemente no funcionaron por mas de una hora? En otras palabras: ¿Cuán vulnerables estamos y que podemos hacer al respecto?